viernes, 24 de octubre de 2008

Caperucita Roja en helicóptero

Había una vez una niña muy bandida, le decían Caperucita Roja, siempre se vestía de color rojo y con ella llevaba una canasta llena de caramelos y frutas.
Un día salió a caminar por el campo, caminó y caminó mucho hasta que se encontró con el señor Lobo Feroz.
El Lobo le dijo: ¿quieres compartir una aventura conmigo? Caperucita sin dudarlo contestó que sí. El Lobo la llevó hacia donde había un helicóptero, los dos se subieron y arrancó aquel semejante bicho raro que ninguno de los dos sabía manejar. El helicóptero comenzó a tomar altura, y Caperucita Roja estaba muy asustada. El lobo manejó el helicóptero hasta la casa de la abuelita. La abuelita que estaba sentada en su sillón, de repente sintió un ruido muy fuerte sobre el techo de su casa, salió para afuera y miró para arriba y vio a su nieta en compañía del lobo en aquel enorme helicóptero. Aterrizó en el patio de la casa de la abuelita y Caperucita le entregó la canasta que llevaba para ella y le dijo: Lobo Feroz y yo ahora somos grandes amigos de aventuras.

Sofia Denoda - 3 año

miércoles, 8 de octubre de 2008

El secreto de la maestra...

Hace un año o un poco más de tiempo yo tenía dos amigos y con ellos deseábamos saber el secreto de la maestra.
Allí comienza la verdadera historia.
Nosotros hacíamos todo lo posible para saberlo; le pdíamos y hasta le rogábamos que nos contara.
Hasta que un día ella nos pidió que cuidáramos a su sobrino y si lo hacíamos bien nos diría su gran secreto, tan, tan esperado.
¿A qué no se lo imaginan? El niño se escapó y se lastimó y por ello no pudimos descubrir su gran secreto.
Otro día nos dio bombones de chocolate para vender y si lo hacíamos bien nos diría su secreto. Pero uno de mis amigos, al que le llamamos "El Gordito", se los comió. ¡Uf! ¡Qué rabia tenímos!
En otra oportunidad nos preguntó si le podíamos cuidar la casa porque ella tenía que salir y si lo hacíamos bien nos diría un secreto.
En este caso mi otro amigo, al cual le llamábamos "El Científico", estaba jugando con el gato y con el papel higiénico cerca de la estufa encendida, quemó una punta y como el papel higiénico estaba desparramado toda ella se quemó.
¡A él le tuvimos mucha más rabia ! Cuando... a "El Científico" se le ocurrió una magnífica idea: hacer una mini máquina que le entrara al cerebro y que le absorbiera todos sus pensamientos.
¡Genial!, ¡genial!, gritaba uno, ¡bravo!, ¡bravo! Gritaba otro.
Al otro día fuimos a la casa de la maestra y disimuladamente le metimos la mini máquina por la boca en una galletita que le convidamos.
Pero, ¡qué desilusión! Cuano la máquina fue expulsada en un estornudo no tenía nada, nada de información.
Luego de un buen tiempo descubimos que el secreto de la maestra era que estaba enamorda del director.
Años después el director y la maestra se casaron y tuvieron hijos.

EL HADA DE LOS CUENTOS
Yanina Castro - 4° año

el secreto de la maestra

Una vez, era el primer día de escuela, a mí y a mis amigos nos tocó el salón ciento uno, donde todos los que estuvieron allí decían que la maestra era un extraterrestre. Desde que entramos todo era normal, hasta que llegó la maestra, nos dio una tarea que era de lengua.
La hicimos y cuando la corrigió todo se puso oscuro. De pronto un sonido hizo ¡spray!!,y se encendió la luz. La maestra nos dio las calificaciones.
A la hora del recreo, detrás del basurero hicimos un plan: Hacer el viejo truco de uno arriba del otro y fingir ser un padre y hablar con la maestra. Mientras que los otros buscaban algo sospechoso.
Encontramos una caja, salimos corriendo, también el papá falso, que eran dos de nosotros.
Una vez en el basurero, cuando nos íbamos a ver qué contenía la caja, sentimos pisadas, nos asustamos mucho y salimos corriendo sin la caja.
Era la maestra, vio la caja con asombro y se la llevó nuevamente al salón. Por la noche vinimos a la escuela, sacamos la caja y decidimos abrirla afuera. La abrimos ¡oh no! Está vacía... Otra vez nos fuimos a dormir. Al otro día lo mismo. Les dije a mis amigos: Después de la escuela nos vemos en el basurero, tengo un plan. Sacamos la caja con muho cuidado, la abrimos y... estaba vacía.
La cerramos y nos fuimos más intrigados aún.
Era maga y nadie lo sabía...

ESQUELETO
Kevin Knuser - 4° año